El virus de la suerte, de Roberto Aliaga y Raúl Sagospe
Páginas: 128 | Precio: 9'60€
Editorial: Libre Albedrío
Iván tiene un nudo en la garganta y un telescopio. Una noche, mientras está observando Saturno, un meteorito cae a sus pies. Iván se lo guarda en el bolsillo y, a partir de entonces, se ve aquejado por una fiebre altísima y comienza a escuchar una voz dentro de su cabeza. Una voz que parece saberlo todo y que es capaz de cambiar el presente para cumplir los deseos de su huésped.
"Señoras y señores, damas y caballeros, niñas y niños del mundo terreeeestre... ¡ha llegado a sus manos el virus de la sueeeerte!"
No suelo leer muchos libros infantiles prácticamente desde que deje de tener edad, pero a veces suele aparecer alguno que me llama la atención y este ha sido uno de esos casos.
Casi sin quererlo he topado con uno que verdaderamente me ha llegado al corazón. Es un libro bastante cortito, para mayores de 8 años pero que desarrolla un tema que a veces es difícil de asimilar sobre todo si aun eres pequeño. Es más, incluso cuando creces aun cuesta.
La historia nos habla de Iván, de su nudo en la garganta y del telescopio del que no se separa. Al principio esto puede resultar algo confuso, pero a lo largo de la historia podemos ir descubriendo el porqué de ambas cosas. En un principio se nos muestra a un niño triste, solitario y quizás un poco enfadado. Lo único que le gusta hacer es salir al jardín y mirar las estrellas a través de su telescopio. Y es que hay algo que desea ver más que nada en el mundo, Saturno, su planeta favorito, el planeta que vio por primera vez junto a su padre cuando le regalaron el telescopio y el cual está deseando volver a contemplar para sentirse más cerca de él.
Justo ese día en el que por fin va a poder verlo tras dos años de espera, algo sucede. Algo que le va a cambiar la vida y su forma de verla. Un meteorito con un pequeño virus llega para instalarse en su cuerpo y usarlo. Pero no es un virus cualquiera, este virus habla con él, conoce todo sobre su vida, e incluso esta dispuesto a concederle los deseos que él le pida. Es el virus de la suerte.
Con la ayuda de este pequeño amigo descubrirá que hay cosas que pasan en la vida y que no tienen solución, y además se dará cuenta que a veces los deseos se cumplen y hay que tener cuidado con lo que se pide porque podría tener consecuencias.
Las ilustraciones son absolutamente preciosas, y el libro, aun con todo lo pequeñito que es, esta lleno de ellas.
No solo se trata de un libro con el que disfrutar el placer de la lectura, sino que ayuda a los niños a entender como he dicho antes algunos aspectos de la vida que son difíciles de explicar. Los anima a creer en los deseos, porque estos pueden hacerse algún día realidad, a no echar la culpa a la suerte y sobre todo es una emotiva historia sobre la perdida y la necesidad de seguir adelante por las personas que aun están ahí con nosotros.
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